Los canónigos

Me gusta mucho comer ensalada de canónigos, y mi marido, un día, cuando fue a comprar el pan, me los quiso traer “por tener un detalle conmigo”.
Trajo rúcula. Según él: Las hojas eran diferentes, el nombre también, pero como para mi todo es pasto, te lo traje, pensé que daba lo mismo.
A ninguno de los dos nos gustó el sabor de la rúcula.
Ahora, cada vez que me pide que le prepare algo, le digo que sí, que ahora mismo le preparo una ensalada de rúcula. JAJAJA.