Estaba mi hermana preparando un pastel, y yo, por hacer una gracia, le cambié el bote de azúcar que tenía sobre la mesa, por el de sal que estaba guardado en el armario, pues ambos son iguales (reutiliza botes de café, quitándoles la etiqueta).
Cuando terminó el pastel sabía bien. Resultó que ella había confundido el azúcar con la sal, y yo, al cambiarle los botes, corregí su error….