Estábamos mi marido y yo durmiendo, o bueno, yo dormía.
De pronto él gritó. Yo, de broma le dije: ¿Qué pasó?¿Te cagaste encima?
Acerté, se tiró un pedo y se cagó. Tuve que cambiar las sábanas.
Estábamos mi marido y yo durmiendo, o bueno, yo dormía.
De pronto él gritó. Yo, de broma le dije: ¿Qué pasó?¿Te cagaste encima?
Acerté, se tiró un pedo y se cagó. Tuve que cambiar las sábanas.
Mi marido es un hombre inseguro, a veces hasta de forma ridícula.
Me apunté a un curso, y el día del examen, no me podía acompañar,pues trabajaba, pero podía irme a buscar a la salida.
Al salir, los compañeros y el profesor decidimos ir a tomar algo, con lo cual llamé a mi marido para decirle que, en vez de buscarme en la estación, viniera al bar en el cual estábamos.
Al llamarle, le dije:
-Cariño, ha surgido algo después del examen….
Y antes de poder decirselo, dice:
-¿Llamas para decirme que decidiste abandonarme para fugarte con tu profesor?
Me gusta mucho comer ensalada de canónigos, y mi marido, un día, cuando fue a comprar el pan, me los quiso traer “por tener un detalle conmigo”.
Trajo rúcula. Según él: Las hojas eran diferentes, el nombre también, pero como para mi todo es pasto, te lo traje, pensé que daba lo mismo.
A ninguno de los dos nos gustó el sabor de la rúcula.
Ahora, cada vez que me pide que le prepare algo, le digo que sí, que ahora mismo le preparo una ensalada de rúcula. JAJAJA.