En mi cumpleaños me compré un artículo en la teletienda, y como en sus horas de reparto estoy en el trabajo, dije que me lo entregaran en la dirección de la oficina. Pero ese día que fueron a entregarlo tuve que ir a visitar a un cliente.
Cuando volví, me encontré que habían rechazado mi paquete. ¿La razón?
Que todos me conocen por “Lolo” y el paquete venía para Manolo Pérez. Según ellos, en la oficina no trabaja ningún Manuel. Se ve que ninguno sabe que “Lolo” es diminutivo de “Manuel”.